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Por lo visto, las matrioskas tienen su origen en tierras japonesas y no fue hasta finales del siglo XIX (1890 aprox.) cuando llegaron al país siberiano. Existen diversas teorías sobre la forma en que llegaron a Rusia: si fue durante una exhibición de arte japonés y eran una representación divina de Fukurokuju, si llegaron a una juguetería de Moscou como la figura de Fukurum y el propietario de la tienda las adaptó a la cultura rusa… O incluso encontramos historias sobre estas muñecas en la literatura rusa.
Lo cierto es que no fue en Rusia donde nacieron las muñecas que ahora se conocen como rusas, sino que fueron importadas del Japón y posteriormente adaptadas.
El nombre le viene dado porque ‘Matriona’ (campesina) era el nombre femenino más común y proviene del latín ‘mater’ que significa madre, lo adaptaron y se quedó con matrioshka o matrioska. Simbolizan la maternidad y fertilidad y que una esté dentro de la otra significa que una madre da a luz a una hija, la hija a otra hija y así sucesivamente. Al principio solamente se hacían muñecas femeninas, pero más tarde también se hacían masculinas para completar la familia. Al encontrarse unas dentro de otras hay quienes dicen que además de significar fraternidad y maternidad, hacen mucha referencia al interior de las personas y que por eso siempre hay una matrioska dentro de otra hasta que ya no hay un tamaño más pequeño.
La Leyenda de las matrioshkas
Cuenta una leyenda rusa que hace muchos años vivía un humilde carpintero que tenia unas manos prodigiosas. Tallaba los muebles mas exquisitos, los instrumentos de musica mas bellos…De tan solo un pedazo de madera el conseguía hacer una obra de arte admirada por todos.
Para poder realizar su trabajo , el mismo salia al bosque a buscar las mejores maderas para poder tallar aquello que en su mente ya había prefabricado.
Hasta que un día necesitaba madera y salio en su busca, pero la noche anterior hubo una gran tormenta de nieve y la escarcha había mojado toda la madera a su paso. Para poder construir, la madera tenia que estar seca y aguantando el frío siberiano, se interno mas y mas en el bosque.
Camino y camino pero toda la madera que encontraba a su paso estaba húmeda y tan solo servía para poder avivar el fuego para calentarse. Así que cansado y abatido decidió emprender la vuelta a casa.
Iba caminando cuando de repente vio a lejos un tronco abombado y con mucha curiosidad se acerco a ver la extrañeza de ese árbol. Para su sorpresa, ante si, tenia uno de los trozos de madera mas bonitos de los que había visto en su vida y muy contento lo cogió y volvió a su casa.
Durante días se levantaba y se ponía a admirar el trozo de madera que tenia ante si. Era tan bello que no se sabia que hacer con el hasta que por fin decidió tallar una muñeca.
Cuando termino , la muñeca era tan bonita que decidió quedarsela para el pues vivía solo y necesitaba compañía y le puso por nombre Matrioska .Así que día tras día se levantaba y le daba los buenos días a la preciosa muñeca para después llevarse un rato contemplándola. Así día tras días hasta que una mañana la muñeca le contestó con un “Buenos días Serguei”.
Curiosamente en vez de asustarse porque la muñeca le hablara se lleno de alegría pues así estaría mas acompañado . A partir de entonces mantenía charlas con la muñeca pero un día la miro y la vio triste así que le pregunto que era lo que le ocurría.
La muñeca le respondió: ” Veo como todas tienen hijos e hijas y yo nunca podre tener ninguno. Me gustaría ser madre para no sentirme tan sola”. Entonces el carpintero pensó en buscar una solución para el problema y se le ocurrió una cosa.
Así que Sergei con sumo cuidado la vacío y tallo una muñeca mas pequeña pero igual de hermosa. La llevo ante Matriuska y le dijo: “Aqui tienes a tu hija la llamaremos Trioska”
Pero poco duro la felicidad, pues a Trioska también le entro el instinto maternal y Serguei tuvo que volver a tallar otra muñeca a la que llamo Oska. Pero a Oska también le apetecía ser madre y Serguei tuvo que volver a repetir la operación dándose cuenta cuando abrió a la muñeca de que casi no quedaba manera en su interior.
Preocupado pensando de que la próxima muñeca también quisiera un hijo se le ocurrió una idea esta vez tallaría a un varón. Así que creo un pequeño muñeco al que le puso el nombre de Ka. Lo puso ante el espejo y le dijo “Tu eres el hombre de la familia”.
Seguidamente metió una muñeca dentro de otra hasta dejar solo a Matrioska a la vista. Pero una mañana se levanto y ya no estaban. Se habían marchado todos dejándolo solo de nuevo y completamente desolado.
Las muñecas Matrioskas son originarias de Japón pero esta leyenda se basa en un cuento ruso. Espero que os haya gustado.
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