¿Qué tiene que ver lo que comemos con cómo pensamos y con nuestra vida diaria? Bien sabemos que cómo nos alimentamos tiene que ver con cómo nos sentimos y cómo se comporta nuestro cuerpo, peor ¿habías pensado que también tiene que ver con el rendimiento de tu cerebro.
En efecto, cuidar nuestra alimentación nos puede ayudar muchísimo a concentrarnos mejor, pensar más rápido, ser más ágiles o… si no cuidamos nuestra alimentación, todo lo contrario.
¿Qué tiene que ver lo que comemos con cómo pensamos?
Los alimentos que consumimos modifican nuestra salud mental de diversas maneras. Por un lado, determinan los “materiales” que tendrá nuestro cerebro para trabajar. Por eso, cuando comemos demasiada grasa trans o saturada, podemos sentirnos un poco lentos, incluso de pensamiento. En cambio, si comemos “grasas buenas”, ayudamos al correcto funcionamiento del cerebro.
¿Estás tomando suficiente agua?
Así es, la respuesta mágica a muchas preguntas de salud es el agua ¡aunque no lo creas! Mantenerte bien hidratado hace toda la diferencia en actividades como pensar rápido, estudiar, mantenerte despierto o combatir la pesadez cuando terminas de comer algo pesado.
¿Consumes muchas grasas y proteína animal?
No estamos diciendo que te tienes que volver vegetariano, pero sí que bajes un poco la cantidad de carnes que consumes en la semana. Comienza por poner atención al cómo te sientes cuando terminas de comer un filete o embutidos como jamón o salchicha, a comparación a cuando comer atún, carne más ligera o evitas la carne en una comida ¿te sientes más despierto con una o con otra?
¿Y cómo te llevas con los lácteos?
Para nada es malo beber leche, comer queso y disfrutar del yogurt. Se trata de poner atención a cómo te sientes cuando consumes algo de más o muy seguido. ¿estás incómodo y pesado o con sed después de algo con mucho queso? Pues, para evitar esto y poder concentrarte en tu trabajo, puedes recortar un poco estos alimentos y disfrutarlos cuando no estés concentrado en alguna actividad.
¿Qué puedo comer para mejorar mi desempeño?
Básate en más comidas con menos pesadez. Consume nueces que tienen grasas buenas. Cambia los refrescos por aguas de frutas con poca azúcar. ¡No consumas tanto café! Hidrátate, come más verduras y alimentos verdes y combina una dieta balanceada (y que te permita comer lo que te gusta) con horas de sueño suficientes.
¡Verás rápidamente la diferencia!
¿Quieres pasar un examen? ¿Mejorar el rendimiento en tu trabajo? Comienza a cuidar lo que comes y verás la diferencia.